sábado, 27 de abril de 2013

EL PLAN NACIONAL DE DESARROLLO Y LA LEY AVELINO SIÑANI – ELIZARDO PÉREZ N° 070 COMO UNA PERSPECTIVA HACIA LAS INDUSTRIAS CULTURALES


Por: Jhonny O. Callisaya Apaza
Cada país está en la constante búsqueda de su desarrollo y progreso. Es el caso de los países latinoamericanos que constantemente van proponiendo políticas que promuevan su desarrollo, buscando estrategias adecuadas y pertinentes para lograr en los diferentes ámbitos esos adelantos. Ya sean por necesidades o requerimientos, las sociedades están en peticiones de mejoramiento de la calidad de vida.
Resulta contradictorio el desarrollo, ya que al buscar progreso y mejora de la calidad de vida, a la larga se está teniendo respuestas adversas. El desarrollo involucra muchos aspectos y alcanza diferentes ámbitos, ya sean sociales, económicos, políticos y sobre todo culturales, donde el juego de roles de las diferentes personalidades, como gobernantes, empresarios y gerentes de los diferentes medios de comunicación es muy importante, ya que implica responsabilidad con la sociedad, con la naturaleza y la cultura. El desarrollo normalmente ha ido de la mano con la destrucción y privación de derechos de otros.
Definir la cultura resulta ambiguo, ya que existen muchas definiciones e interpretaciones, y que las mismas constantemente van cambiando de significado según la evolución y desarrollo cultural. Es así, que muchos autores van dando diferentes definiciones de lo que significa la industria cultural y su práctica en la sociedad. Las definiciones que más rescata este documento son de Ramón Zallo y Octavio Getino, donde indican que las industrias culturales son aquellas actividades relacionadas directamente con la fabricación, comercialización y servicios de productos o bienes culturales, todos con un contenido y consumo de tipo  simbólico, concebidas por un trabajo creativo y organizadas por un capital para el mercado de consumo que son las masas. También se toma en cuenta percepciones de otros organismos como la UNESCO y CEPAL.
Desde el punto de vista educativo y en relación con los lineamientos estratégicos del PND, Bolivia viene implementando programas y reglamentos que permitan el fundamento de la nueva propuesta de desarrollo, del Vivir Bien. A través de este fundamento, Bolivia hasta el 2015 piensa alcanzar un grado de desarrollo favorable a todos los bolivianos y bolivianas, tratando de lograr: un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), disminuir la pobreza, reducir la tasa de desempleo, lograr un ingreso per cápita alto, un cambio de la matriz energética y reforestar medio millón de hectáreas.
En la parte educativa, a través  de la Ley 070, Bolivia viene implementando programas educativos con el modelo educativo Socio comunitario Productivo, con principios, ideológicos, políticos, sociales, económicos, mismos que llevan a una revolución educativa con el fin de lograr el Vivir Bien y en armonía con la Madre Tierra.
1.    PLAN NACIONAL DE DESARROLLO
Bolivia desde el 2007, fue proponiendo e implementando políticas estratégicas implicadas y relacionadas con el desarrollo del país. Tal es la propuesta del Plan Nacional de Desarrollo (PND), realizada por el Ministerio de Planificación del Desarrollo y con la participación de organizaciones sociales, campesinas, originarias, productores, empresarios, ciudadanos y académicos, a través de talleres de socialización. Fue decretada, oficial y públicamente por el Presidente Evo Morales Ayma en el Palacio de Gobierno el 16 de junio de 2006 (Ministerio de Planificación del Desarrollo, 2007).
Para el Plan Nacional de Desarrollo “Bolivia Digna, Soberana, Productiva y Democrática para Vivir Bien”, implica la concepción de políticas, estrategias y programas de desarrollo del país en todos los ámbitos sectoriales y territoriales, de acuerdo a los siguientes lineamientos:
1. Contribuir al proceso de transformación del país; desmontar el modelo de desarrollo concebido desde el colonialismo y el neoliberalismo, y cambiar el patrón de desarrollo primario exportador;
2. Formular y ejecutar en el marco del paradigma de desarrollo sustentado en la filosofía del Vivir Bien, propio de nuestras culturas. El Vivir Bien plantea fundamentalmente la complementariedad entre el acceso y disfrute de los bienes materiales y la realización afectiva, subjetiva y espiritual, en armonía con la naturaleza y en comunidad con los seres humanos;
3. Contribuir a la construcción de un nuevo Estado plurinacional, promotor y protagonista del desarrollo, social comunitario, que redistribuye equitativamente la riqueza, ingresos y oportunidades;
4. Desarrollar la convivencia equilibrada y la complementariedad con equidad de la Economía Estatal, la Economía Comunitaria –que se asienta en procesos productivos, impulsados por organizaciones sociales, comunitarias, y micro y pequeños empresarios, artesanos, organizaciones económicas campesinas, organizaciones productivas, comunidades y asociaciones urbanas y rurales–, la Economía Mixta y la Economía Privada.
5. Promover el desarrollo integral a través de la construcción de un nuevo patrón de desarrollo diversificado e integrado y la erradicación de la pobreza, desigualdad social y exclusión.
6. Desarrollar, de manera prioritaria, los ejes transversales: equidad, innovación, medio ambiente y gestión de riesgos (Ministerio de Planificación del Desarrollo, 2007, págs. v-vi).
El PND “Bolivia Digna, Soberana, Productiva y Democrática para Vivir Bien”, plantea cuatro pilares fundamentales, mismos que deben ser incorporados en todos los ámbitos sectoriales y territoriales según sus características, y son:
1. BOLIVIA DIGNA. Es la erradicación de la pobreza y la inequidad, de manera de lograr un patrón equitativo de distribución y/o redistribución de ingresos, riqueza y oportunidades. Está conformada por los sectores generadores de activos y condiciones sociales, y por la política, estrategias y programas intersectoriales de Protección Social y Desarrollo Integral Comunitario.
2. BOLIVIA DEMOCRÁTICA. Es la construcción de una sociedad y Estado plurinacional y socio – comunitario, donde el pueblo ejerce el poder social y comunitario y es corresponsable de las decisiones sobre su propio desarrollo y del país. Está constituido por los sectores orientados a lograr una mejor gestión gubernamental, transparencia y construir el poder social comunitario.
3. BOLIVIA PRODUCTIVA. Está orientada hacia la transformación, el cambio integrado y diversificación de la matriz productiva, logrando el desarrollo de los Complejos Productivos Integrales y generando excedentes, ingreso y empleo con la finalidad de cambiar el patrón primario exportador excluyente. Está conformada por los sectores estratégicos generadores de excedentes y los sectores generadores de empleo e ingreso. De manera transversal, se encuentran los sectores de infraestructura para el desarrollo productivo y de apoyo a la producción.
4. BOLIVIA SOBERANA. Es la constitución del Estado en un actor internacional, soberano, autodeterminado, con identidad propia, mediante una política exterior que oriente la acción política y diplomática con presencia de los pueblos y defensa sostenible de los recursos naturales y de la biodiversidad. Está conformada por los sectores de Relaciones Exteriores y Relaciones Económicas internacionales.
La concepción de desarrollo y los pilares del Plan Nacional de
Desarrollo, requieren de un equilibrio entre el cambio deseado y la sostenibilidad macroeconómica del país como instrumento que coadyuvará a implementar las mencionadas estrategias, de manera que las políticas adoptadas profundicen la recuperación de la economía y promuevan mayor justicia social en todo el territorio boliviano (Ministerio de Planificación del Desarrollo, 2007, pág. v)
El PND promueve a la construcción de sociedad y un Estado en el todos los bolivianos vivan bien, donde Bolivia es la casa común, digna y soberana. En este escenario se desarrollará una concepción cosmocéntrica, holística y se privilegia el vivir en comunidad con el disfrute de los bienes materiales, espirituales y afectivos generados por la sociedad y el Estado.
En este contexto, el plan estratégico está orientado a desmontar el colonialismo y el neoliberalismo para construir un paradigma alternativo de desarrollo que contribuya a recuperar lo mejor de la humanidad y a garantizar la sostenibilidad del planeta.
Para el año 2015, Bolivia pretende implantar políticas estructurales de cambio del patrón de distribución de activos productivos y sociales, y mecanismos distributivos del ingreso mediante estrategias y programas de desarrollo comunitario.
Así mismo desea configurar un nuevo patrón de desarrollo diversificado e integral, basado en la matriz productiva con productos y servicios con mayor valor agregado, sustentado en la industrialización de los recursos naturales, en la calificación del potencial humano y en el desarrollo sectorial y territorial equilibrado y articulado.
En su perspectiva del Vivir Bien,  Bolivia pretende desarrollar la economía con tasas de crecimiento, generar mayores ingresos en el marco de una distribución más equitativa, empleo digno y permanente, donde el trabajo es una actividad que contribuye a la realización plena de la persona.
 Desde el 2006 hasta el 2011, Bolivia debería haber alcanzado un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 6,3 por ciento como tasa promedio estimada.  La disminución de la pobreza de 58,9 por ciento en 2005 a 49,7 por ciento en 2011. Reducir la tasa de desempleo abierto de 8,4 por ciento en 2005 a cuatro por ciento en 2011. Lograr un ingreso per cápita que subiría de 1.000 dólares en 2005 a 1.411 dólares en 2011.  Un cambio de la matriz energética del 50 por ciento del parque automotor y otros (Ministerio de Planificación del Desarrollo, 2007, págs. 31-32).
Por ello, el PND de Bolivia tiene por objetivo, lograr la convivencia equilibrada y la complementariedad con equidad de la Economía del estado y la Economía Comunitaria, que se apunta en procesos productivos, impulsados por organizaciones sociales, comunitarias, y micro y pequeños empresarios, artesanos, organizaciones económicas campesinas, organizaciones productivas, comunidades, y asociaciones urbanas y rurales.
2.    LA LEY EDUCATIVA N° 070 “AVELINO SIÑANI – ELIZARDO PÉREZ
Como producto educativo del documento PND, se elaboró la reforma educativa Avelino Siñani – Elizardo Pérez, promulgado el 20 de diciembre del 2010, el mismo enfatiza los pilares de Desarrollo como: la Productividad, democracia, dignidad y soberanía y  con una sostenibilidad macroeconómica.  Por ello, Bolivia sigue la línea, al igual que otros países, la de desarrollarse y mejorar la calidad de vida, pero, en nuestro caso está más enfocado a una perspectiva de cuidado y respeto a la Madre Tierra, priorizando los valores culturales que permitan el Suma Qamaña, que son consideras como prácticas culturales adecuados para conservar el equilibrio de las acciones de la humanidad con la naturaleza.
La educación que propone la Ley Educativa 070, se basa en cinco principios: Intraculturalidad, interculturalidda y plurilinguismo, descolonizadora, productiva, comunitaria y técnica y tecnológica.
La educación intra, intercultural y plurilingüe, implica tener claro que estos procesos se producen en relación con la cultura, la cosmovisión, la identidad cultural y la lengua como mediadora de la intraculturalidad e interculturalidad en el marco de la construcción de una autoestima fuerte para relacionarse  positivamente con los otros diferentes (Ministerio de Educación, 2010).
La   Educación descolonizadora, liberadora, revolucionaria y transformadora valoriza y legitima los saberes, conocimientos y valores de los pueblos originarios y urbano populares, como expresión de la identidad plurinacional y de sus derechos patrimoniales, incorporado en el currículo los conocimientos pluriculturales del pueblo boliviano, al igual que los conocimientos actualizados del saber latinoamericano y mundial.
La educación descolonizadora elimina todo tipo de discriminación étnica, racial, social, cultural, religiosa, lingüística, política y económica, para el acceso y permanencia de todos los bolivianos al sistema educativo en igualdad de oportunidades y condiciones, a través del conocimiento de la historia de los pueblos, de los procesos liberadores de cambio y superación de estructuras mentales postcoloniales, mediante el reconocimiento, revalorización y fortalecimiento de las identidades propias y comunitarias, para la construcción de una nueva sociedad libre de toda discriminación y exclusión (Ministerio de Educación, 2010).
La Educación productiva considera que el desarrollo de los saberes y conocimientos está en relación directa con el trabajo y la producción material e intelectual científica y tecnológica, base de la acción educativa, articulada a las unidades comunitarias productivas, vocaciones y cadenas productivas de las regiones (Ministerio de Educación, 2010).
La Educación Comunitaria pretende trascender el aula y formar de manera integral en los cognitivo, afectivo, simbólico espiritual, para dinamizar la vida en una relación de equilibrio yu armonía entre la naturaleza y los seres humanos basada en: la educación para la vida en la vida, valores sociocomunitarios, participación comunitaria y el proceso cíclico circular de la enseñanza-aprendizaje. Todos estos aspectos se integran en la práctica comunitaria (Ministerio de Educación, 2010).
Por último, la Educación Científica, Técnica, Tecnológica y Artística desarrolla procesos integrales de construcción cultural en el campo de la investigación, vinculados a la comunidad, la producción y la identidad cultural, respondiendo a las necesidades y vocaciones productivas locales y a las demandas de formación técnica y tecnológica de la nueva matriz educativa. Desarrolla los conocimientos y sabiduría desde la cosmovisión de las culturas milenarias y el acceso a los avances de la ciencia y la tecnología para contribuir al desarrollo científico de la humanidad.
La educación artística es el medio de rescate de los saberes y conocimientos intraculturales e interculturales; para la construcción de una identidad propia, que a través del intercambio de ideas y experiencias logre un enriquecimiento generador, que transforme la creatividad en hechos tangibles expresados en el desarrollo artístico plástico, artes escénicas, danzas, físico y deportivo como elemento integrador de la comunidad en el trabajo productivo (Ministerio de Educación, 2010).
La educación boliviana tiene la finalidad de lograr cambios trascendentales en cuanto al desarrollo de la sociedad. Propone principios que se relacionan con la vida comunitaria, la productividad, la valoración de la identidad cultural y su relación con otras culturas a través de lenguas propias, la descolonización de la sociedad y estilos de vida estereotipados foráneos y la adecuada aplicabilidad de la tecnología, técnica y arte, siempre en marco de la complementariedad entre lo tradicional y científico occidental.


3.    INDUSTRIAS CULTURALES
¿Qué implica el concepto de industrias culturales? Para ello, se destaca a los siguientes autores y organizaciones que la definen de la siguiente manera:
La organización Wikanda la define: “Industria cultural se podría definir como el conjunto de empresas e instituciones cuya principal actividad económica es la producción de cultura con fines lucrativos”. Considera como sistema de producción a la televisión, la radio, los diarios y revistas, industrias cinematográficas, discográficas, las editoriales, compañías de teatro o danza, las distribuidoras, etc., todo con el objetivo  de crear mecanismos que busquen aumentar el consumo de sus productos, modificar los hábitos sociales, educar, informar y, finalmente, transformar a la sociedad, por tanto abarca todos los ámbitos de la sociedad e intenta incluir a todos los individuos sin excepción (Wikanda, 2012).
Otra definición de industrias culturales son: el conjunto de actividades de producción, comercialización y comunicación en gran escala de mensajes y bienes culturales que favorecen la difusión masiva, nacional e internacional, de la información y el entretenimiento, y el acceso creciente de las mayorías (García Canclini, 2012).
En los últimos años, el énfasis en una u otra de estas actividades y funciones ha llevado a nombrarlas como “industrias comunicacionales”, “industrias creativas” (creative industries) o “industrias del contenido” (content industries), con lo cual se alude a que son medios portadores de significados que dan sentido a las conductas, cohesionan o dividen a las sociedades (Wikipedia).
Según los autores mencionados, la industria cultural está orientada más con la creación y producción de productos con contenido simbólico, es decir, que se crean productos para que sean promovidos, a través de inversiones, hacia la comercialización, siendo su autenticidad de derecho reservado. Pero, para los mismos, es necesario el acudir a diferentes fuentes y medios comunicacionales, tales como: las imágenes, movimientos audiovisuales, sonidos y otros, que son utilizadas como publicidad y propaganda, para que las personas o masas logren consumirlas.
En el caso de Bolivia, Marcelo Guardia demuestra que el término Industria Cultural, que se ha convertido en un elemento importante en la producción académica boliviana, porque a partir de los primeros contactos de los estudiosos de las ciencias sociales y los comunicadores con la producción de la “Teoría Crítica” alemana. Sin embargo, su uso ha tenido desde las aplicaciones más rigurosas en el análisis de los procesos comunicacionales y de cultura. El trabajo de Erick Torrico y otros, muestran la estructura, las tendencias y las posibles consecuencias locales y  nacionales en la producción cultural boliviana (Torrico, 2000).
En la Industria Cultural, se destacan diferentes tipologías de la relación con la configuración de identidades culturales, las políticas y legislación cultural y las posibilidades  de desarrollo  y consecuencias de lo que se denomina en el trabajo “enfoque de Control Cultural”  a través de políticas y legislación (Torrico, 2000).
Luego está la identificación de la cultura en circuitos culturales, el grado de aplicación positiva la realizan los agentes, las instancias organizativas, como la comunidad, la administración pública, el mercado, siendo así los componentes más recurridos los medios de producción, canales de comunicación y públicos.  
Puede parecer contradictorio hablar de cultura cuando nos referimos a productos producidos industrialmente. Por lo general no estamos acostumbrados a relacionar ambos conceptos. Lo que sucede es que se ha escuchado siempre lamentos sobre lo mismo o común de la cultura y por mucho tiempo se ha calificado como vulgar a cualquier cosa que se relacione con las vastas masas populares.
En 1947 los filosofos Theodor Adorno y Max Horkheimer escribieron acerca de lo que llamaron la cultura industrial. Cuando analizaron los pasos que sigue un objeto industrial desde su concepción, descubrieron que no importa si el mercado final son solo unas cuantas personas o grandes masas de público. Todo objeto ya sea producido individualmente o en masa contiene un significado cultural. Eso no significa que en toda ocasión cualquiera de ellos deba ser considerado como una obra de arte. Muchas obras creadas individualmente han sido malas e intrascendentes, mientras algunos objetos industriales han transformado nuestro estilo de vida, volviéndose significativos para nuestra cultura (Vallejo, 2000).
Cuando algún artista firma un contrato con una  gran compañía, decimos que ha perdido su esencia artística para dedicarse a lo popular. Sin embargo el valor cultural no se determina por la cantidad de opiniones sino por la relevancia simbólica que tiene ese objeto para las personas. Lo que es cierto es que para los artistas siempre ha sido clara la importancia del mensaje y la representación simbólica como objetivo, mientras que para la producción industrial, el éxito normalmente se mide en dinero y no en las opiniones sobre el impacto cultural de un producto. Un ejemplo muy claro son los premios cinematográficos o musicales que se otorgan por la cantidad de copias vendidas y no por la calidad del mensaje que transmiten.
Un objeto adquiere valor cultural cuando las personas lo aprecian, no importa si es un grupo reducido (elite) o grandes masas populares. El público otorga el privilegio de ser “aceptado” cuando este tiene sentido, cuando resulta útil, cuando nos satisface estéticamente, etc. Cuando un producto pierde esos valores es desplazado por otro. Algo similar a lo que sucede en las listas de popularidad.
Pero ¿quién determina el significado o valor estético, el consumidor o el productor? Nos gustaría pensar que como consumidores tenemos absoluto control sobre nuestras preferencias o sobre los valores culturales. Sin embargo los objetos obtienen su significado dentro de cada una de la etapas de lo que du Gay y Hall llaman circuito cultural (Vallejo, 2000).
El circuito cultural es una red donde cada elemento interactúa con el resto. El diseñador integra en los objetos significados basado en su experiencia o en su búsqueda por nuevas formas de expresión. El público decodifica el mensaje estético. En algunos casos hay adaptaciones, reinterpretaciones o rechazo. Una vez que el publico adopta un objeto, comienza a otorgarle (o no) lo que llamamos valor sentimental. Todos tenemos alguna prenda preferida, algún utensilio que catalogamos como especial, consideramos que algún edificio es importante o tal vez que debería ser demolido. Cuando es valor sentimental pasa del plano individual al popular y se convierte en un valor ampliamente reconocido es cuando lo llamamos cultura.
Las modas son un ejemplo de esa estira y afloja entre los distintos elementos del circuito. Por un lado los diseñadores de vanguardia generan nuevos estilos que implican nuevos mensajes. El público puede aceptar, rechazar o adaptar una moda basados en tradiciones o esquemas preestablecidos que integramos otras funciones en nuestros diseños (Vallejo, 2000).
En las ciudades de Bolivia, se observa que la contextualización socio  económica muestra muchos problemas que enfrenta  la industria en general, tales como: falta de acceso al crédito, deficiencia de calificación de trabajadores, mercado interno reducido, baja capacidad utilizada, tecnología rezagada y deficiente desarrollo de sistemas de transporte y otros (Torrico, 2000). Entre ellos se puede destacar los siguientes sectores.
El primer sector abordado es la editorial. Se denomina así al dedicado a la producción de impresos en papel, entre los que se hace  la clasificación en: libro, revista y periódico. Las principales dificultades que enfrenta este sector, según el equipo de investigadores,  serían: la competencia decodificadora, traducida en bajos niveles de alfabetización que, a propósito, es uno de los principales problemas relacionados con la producción y consumo cultural en Bolivia. Las condiciones socieconómicas de la mayor parte de la población,  que tiene una bajo poder adquisitivo son definitivamente un obstáculo importante. Bolivia es uno de los países más pobres del continente y que sus necesidades principales tienen que ver antes con la sobrevivencia que con necesidades culturales.
Otro problema apuntado es el del aumento de copias piratas que se relaciona con el desempleo y el poder adquisitivo. Los cambios de tradición escritural a la visual y la notable vigencia de tradiciones orales que pasan directamente a la visual sin tocar siquiera el texto. Los bajos hábitos de lectura y el poco fomento del Estado  a la producción del libro en  general. 
Los agentes más importantes identificados son: los productores   o editores  los importadores,  los distribuidores, los comercializadores y los agentes de difusión.
El estudio ha analizado los impresos de acuerdo al siguiente detalle:
·         Libros literarios, educativos y distractivos en formato: enciclopedias, formato medio y pequeño, con un tiraje medio de 1000 ejemplares. 
·         Revistas generales  y especializadas
·         Periódicos generales y especializados con periodicidad diaria  o bimestral. 
Algunos datos interesantes en este rubro son destacables, como ser que sólo un 16 % del subsector libros se dedica a la producción y el resto a importar, comercializar, distribuir y  difundir. En el caso de revistas ese índice sube a 30 % y en periódicos a 42 %. También resulta interesante saber que  85 % de los libros son de procedencia extranjera,  97 % de las revistas son extranjeras y 90% de los periódicos son nacionales. En La Paz existen 11 periódicos (Torrico, 2000).  
El sector fonográfico, está manejado por  los productores, importadores, distribuidores y difusores.  Sus productos más importantes son el disco de vinilo, el CD, los DVDs  y otros. 
Las grandes productoras como Discolandia, Heriba, Lauro, Santa Fe Record Sony Music y BMG, y las pequeñas productoras de La Paz son alrededor de 36, lo que demuestra que existe una vasta producción musical popular que abarca espacios culturales populares que atiende la demanda y oferta de acuerdo a las condiciones socioeconómicas de importantes sectores de la población, en todo el país.  
También es relevante conocer que el soporte más utilizado para la difusión de la producción fonográfica era el cassete, ahora el CD, que existe una asociación de empresas productoras y que sólo en La Paz, para un millón de habitantes,  existen más de 60 emisoras en AM y FM registradas en la Superintendencia de Telecomunicaciones. También es importante saber   que las ventas piratas superan en dos o tres veces a las ventas legales de cds.  
El siguiente sector  es el audiovisual que comprende la producción de bienes cinematográficos  y audiovisuales,  con sus actividades de importación, distribución y comercialización. 
La clasificación de producciones de cine se da de acuerdo con la procedencia y el género. Los programas de televisión son: programas de interés comercial para difusión en circuitos abiertos o cerrados, programas de interés social y programas de interés artístico cultural. Los de vídeo: pregrabados de interés comercial, vídeo películas y los vídeo-karaoke. 
Los agentes del sector audiovisual concentran su actividad en la comercialización en un 47 %, 28 % a la producción, 8% la distribución, 7 % a la difusión  y 10 % a la importación (Torrico, 2000)
Cada subsector tiene una reseña histórica, una descripción interna además de  una identificación y descripción de agentes. 
Entre los datos más interesantes están los referidos a la distribución de horas y porcentajes de programación nacional y extranjera en los canales/redes  de televisión: UNITEL, BOLIVISION, ATB Y CANAL 11. 
La red BOLIVISION aparece con el mayor índice de producción nacional con un 43,5 %, frente al CANAL 11 cuya producción sólo llega al 20 % de su programación total. El mismo cuadro comparativo nos muestra que los programas nacionales más importantes son el noticiero y el deportivo. Los programas extranjeros más difundidos son las telenovelas y los infantiles.  
En términos generales, las telenovelas generan más ingresos a los canales, seguidas por los noticieros y luego las revistas de variedades. 
Es curioso constatar que en la década de los años ochenta surgió un movimiento del vídeo nacional, como respuesta alternativa a la televisión que “...era considerado como uno de los canales de penetración ideológica del imperialismo” (Torrico, 2000).
Uno de los principales problemas del sector es la existencia de un mercado de productos piratas  donde se ofertan películas de reciente lanzamiento sin control alguno y a precios bajísimos. Este aspecto se constituye en un riesgo para que Estados Unidos descertifique en el contexto internacional a Bolivia, porque aquí se mueven alrededor de 45 millones de dólares al año de manera irregular. Así, “...empresas extranjeras y nacionales  habrían dejado de percibir para 1996 dos millones de dólares por derechos de películas, 15 millones por composiciones musicales y grabaciones, cinco por libros y 6,9 por software” (Torrico, 2000)
 En cuanto a la Estructura y Tendencias del Circuito Cultural Empresarial. En Bolivia se afirma que la instancia fundamental de articulación de la producción cultural masiva empresarial es el mercado. El agente por excelencia es la empresa privada. El Estado actualmente viene realizando nacionalizaciones de empresas con el objetivo de conseguir mayor ingreso nacional, y jugando un papel de regulador en las empresas privadas, salvo en el caso del cine en el que invierte y alienta. La lógica mercantil hace que el producto cultural sea visto como mercancía, por tanto está condicionado por la oferta y demanda. Esta lógica es la hegemónica en el proceso general de producción cultural.
Los problemas de comercialización son: la piratería, contrabando, corrupción y competencia desleal. Esto reduce los precios y ganancias de los comercializadores legalmente establecidos.
Los medios masivos son los canales privilegiados para la difusión de bienes culturales. De esa manera el panorama presentado en la investigación muestra un mercado de dimensiones reducidas, con una competencia intensa, amplio margen de acción para la piratería y creciente presencia de empresas y productos transnacionales. Asimismo, a manera de previsión, presenta tres posibilidades de  desarrollo de la presente situación: a) escenario inmodificado, donde el mercado sigue reducido, no aumenta la producción, continua fuerte la piratería y los agentes continúan siendo los mismos. b) escenario negativamente modificado, donde las condiciones son más adversas que las actuales y c) escenario positivamente  modificado, en el que las condiciones mejorarían en favor de un mercado más autónomo, regular, legal y con mejores perspectivas de desarrollo.  
Así, el texto contribuye no sólo al conocimiento de una de las dimensiones más importantes del desarrollo  cultural boliviano, sino que también se constituye en un valioso documento  que permite reflexionar  sobre el rol de los actores  este ámbito en un contexto democrático  en el que los procesos de producción, circulación y consumo son fundamento para la construcción de identidades sintonizadas con los desafíos de un nuevo milenio
La doble faceta de las industrias culturales – a la vez recurso económico y fuente de identidad y cohesión social – exige considerarlas con un doble enfoque: por un lado buscando el máximo aprovechamiento de sus aptitudes para contribuir al desarrollo de la economía, y por otro para que su afianzamiento económico favorezca la creatividad y la diversidad cultural.
Entonces, la perspectiva de la industria cultural de Bolivia en base al Plan Nacional de Desarrollo y la Ley educativa N° 070 Avelino Siñani – Elizardo Pérez, se puede interpretar que, está existiendo una contradicción en la aceptación por parte de su población. Existen muchos argumentos para que las personas bolivianas piensen de distintas maneras.
Como decían algunos autores, en especial Vallejos, en Bolivia muchos aceptan las propuestas de desarrollo y forma de vida social ejecutadas por el gobierno central de turno. Sin embargo, existe otra parte que no opina lo mismo, demostrando así una disconformidad y oposición al plan de desarrollo propuesto.
Tal es el caso de la actual Ley educativa N° 070 Avelino Siñani Elizardo Peréz, que propone una educación descolonizadora, comunitaria, productiva, tecnológica, intra e intercultural, donde rescata valores tradicionales de los pueblos originarios campesinos. Promueven la práctica y enseñanza de los saberes tradicionales locales desde las aulas de las unidades educativas.
Se incentiva a la producción de productos, tanto materiales e intelectuales. Se está priorizando el aprendizaje de diferentes lenguas, entre locales – originarias y extranjeras, para que la población tenga más oportunidades de  comunicación. Se promueve una educación sin violencia y sin discriminación alguna, logrando incluir, no solo en las aulas, sino en la parte social a las personas con alguna discapacidad, considerándolo como persona complementaria de la sociedad.
En sí, existen muchos aspectos positivos y trascendentales que ejecuta la Ley 070. Sin embargo, muchos la rechazan, porque simplemente no aceptan el cambio o porque están siendo afectados. Tal es el caso de que no aceptan la medicina tradicional y prefieren y confían en la medicina científica occidental. Porque también piensan que la propuesta de la Ley solo lleva a prácticas pasadas, siendo así un retroceso. En muchos, les afecta porque no les conviene, ya sea porque se les quita poder o porque afecta su modo de vida.
La industria cultural de Bolivia, se está modificando gracias a las políticas ejecutadas. Anteriormente, en Bolivia la industria cultural provenía de afuera, tales como la moda, mercancías, arte, tecnología y otros. Pero actualmente, se viene revalorizando la cultura nacional y sin dejar de lado la universal. Se incentiva bastante a la producción local de productos y su consumo. La práctica y enseñanza de valores  y saberes comunitarios. La preparación de mano de obra calificada para la industrialización y no solamente para la producción de materia prima, incrementando así el número de empleos por año.
La  ejecución del PND y la Ley O70,  logra de alguna manera alcanzar sus objetivos, como reducir la pobreza, el incremento de empleos, la mejora del valor per cápita y otros.

Bibliografía

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Ministerio de Planificación del Desarrollo. (2007). Decreto Supremo N° 29272. Plan Nacional de Desarrollo "Bolivia Digna, Soberania, Productiva y democrática para Vivir Bien". La Paz: Gaceta Oficial de Bolivia.
Torrico, E. (Diciembre de 2000). Reseñas. Recuperado el 12 de Abril de 2013, de http://www2.metodista.br/unesco/PCLA/revista5/res%20livros%205-1.htm
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